¿Recuerdas cuando estabas en el colegio y tenías clase de laboratorio? Tocaba alistar la noche anterior los utensilios a utilizar, la libreta para apuntar lo que se observaba en el experimento, los guantes y la bata blanca. La emoción de hacer magia en ese salón, permitía que nuestra imaginación volará, creará y evidenciará reacciones químicas maravillosas.
Lo que muy pocos saben, es que todos tenemos en nuestro hogar el laboratorio de aprendizaje y juego más increíble: la cocina.
Este lugar gastronómico, es para nuestros hijos un gran espacio de experimentación sensorial, en donde los olores, sabores y texturas a los que se verán expuestos, contribuirán en cada una de sus etapas de aprendizaje.
Aquí te daremos algunos consejos para convertir la cocina, en un escenario ideal para exploración, juego y enseñanza. ¡Toma nota!
Realiza actividades de juego para tus hijos
En la primera infancia los juegos implican aprendizaje, estimulación y experimentación para los niños. Y es una actividad que más allá de la diversión, permite desarrollar su personalidad en áreas como la afectividad, motricidad, inteligencia, creatividad y sociabilidad.
Son muchas las actividades que podemos realizar con nuestros hijos para enseñarles a comer y a cocinar de una forma saludable. Entre ellas:
- Jugar a las adivinanzas para que descubran qué alimentos comprar
- Dibujar los alimentos y explicar qué receta quieren cocinar
- Jugar a ordenar los alimentos y enseñarle las propiedades de los mismos
- Taparnos los ojos y con el tacto, olor o sabor adivinar de qué alimentos se trata
Cocina y explora la gastronomía del mundo
A través de las recetas podemos aprovechar para conocer las diferentes cocinas del mundo. Esto les enseñará a descubrir nuevos sabores, olores y culturas, y en función de la edad, puede ser también una buena actividad para practicar la lectura.
Convierte la cocina en el centro de investigación y exploración
Como en los laboratorios podemos encontrar básculas, tubos de ensayos, pipetas y probetas, en la cocina nuestros hijos descubrirán una diversidad de materiales y utensilios que, según su edad, podrán aprender a manipular con responsabilidad.
También encontrarán alimentos y especias con texturas, aromas, densidades, formas y colores diferentes. Además de un sinfín de combinaciones y alternativas culinarias que pondrán su imaginación a volar. Siendo el laboratorio perfecto.
Es hora de invitar a tu hijo a descubrir el laboratorio familiar, y juntos ponerse la bata del aprendizaje mientras juegan y se divierten. Porque la pizca que necesita tu hijo en su educación, la tienen al alcance de sus manos… ¡A cocinar!